Sabemos que llorar hace bien. Un llanto sanador desde el centro del pecho, con harta agua y con harta vibración. Que mueva todo para sacar lo que está atorado. Pero es aún más sanador cuando somos cobijados por otra persona, que cariñosamente se presta a recibirnos este momento frágil y respetar lo que estamos sintiendo, tal cual como sale (con lo “feo” y lo “malo”).
El llanto es una expresión muy rechazada por nuestra cultura, en especial para los hombres. Cuando somos recibidos y aceptados en ese momento, la tristeza de fondo puede diluirse de verdad.
Lamentablemente, esta es una experiencia dificil de encontrar, porque debido a esta censura del llanto, todos tenemos mucha fragilidad pendiente. Nos cuesta llorar, escuchar el llanto de otros, o más aún: pedir que nos contengan.
¿Cuándo fue la última vez que lloraste a concho? ¿Y la última vez que alguien recibió tu fragilidad?
Tienes una cita pendiente con tus lágrimas.
Pili.- (consulta@pilarnavarro.cl)
Foto: Crane & Kaufmann (1994). Friends [serie]. EU: Warner Bros.